Se remonta desde mediados del siglo XIX, específicamente en 1861 cuando el presidente José Joaquín Pérez Mascayano da inicio a la ocupación de la Araucanía , zona comprendida entre los territorios ubicados desde el río Biobío, por el norte, y Toltén por el sur. Fue claramente una invasión militar ordenada por el Estado chileno, la que hizo despojar casi en su totalidad la cultura de estos pueblos. Esta especial “pacificación” se prolongó durante casi toda la segunda mitad del siglo XIX.
Más de 190 mil indígenas habitaban la zona del Bío Bío al sur, compuestos por los pueblos araucanos de tribus pehuenches y mapuches, territorio que se había mantenido rebelde a partir de la denominada Guerra de Arauco ante el dominio español durante
unto a la independencia de Chile, se logró un acuerdo con los mapuches que habitaban al sur del río Biobío, con la finalidad de acordar el estatuto que regularía las relaciones entre la naciente república y el pueblo mapuche; realizándose así el Parlamento de Tapihue en enero de 1825.
Posteriormente, durante la Revolución de 1851, el general José María de la Cruz , quien lideraba el grupo golpista, reclutó a varios mapuches para alzarse en contra del gobierno, esto lo pudo lograr gracias a que mantenía amistad con el cacique Colipí.
La insurrección fue aplastada por el general Manuel Bulnes, y los indígenas, en vez de rendirse se retiraron hacia la frontera junto con varios miembros descolgados del antiguo ejército.
El gobierno de Chile tomó la decisión de ocupar la Araucanía en el año 1861, el mismo año en que el francés Orélie Antoine de Tounens, intentó crear el Reino de la Araucanía y la Patagonia y se autoproclamó Rey de la Araucanía.
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